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Gundula
von von Lichtenkraut: En Praga, Mastropiero conoció al
dúo formado por el violinista Rudolf von Lichtenkraut y su esposa,
la pianista Gundula von von Lichtendraut. Para ellos escribió su
ciclo de sonatas opus 17 para latín y piano. Muy pronto, Mastropiero
se enamoró perdidamente de Gundula y la sedujo. Esto le valió
un desafío a duelo lanzado por el violinista. El compositor, al
recibir el reto, envió a sus padrinos a concertar el duelo, puso
en orden sus papeles, escribió una patética carta a Gundula...
y huyó de Praga.
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Duquesa
de Lowbridge, su hija Genoveva y su nieta Matilde: Mastropiero
era muy amigo de la duquesa, mujer madura cuyos encantos no habían
disminuido con los años: habían desaparecido. Mastropiero
fingía ardorosa pasión por ella, pero, a sus espaldas, le
hacía la corte a su hija, Genoveva; de esta manera, siempre podía
ingresar en el castillo y frecuentar a su nieta, Matilde. Semejante juego
de simulacros galantes daba excelentes resultados; no era la primera vez
que este sistema había sido utilizado... por las tres mujeres.
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Margaret:
Era este el nombre de la mujer de Harold Mastropiero, hermano gemelo de
Johann Sebastian. Existe una leyenda acerca de la relación que
ambos tuvieron durante el viaje que el compositor hizo a Nueva York para
reconciliarse con su hermano. Debido al asombroso parecido entre ambos,
Margaret los confundió en alguna ocasión, circunstancia
que fue aprovechada por Johann Sebastian. Hay quien asegura que la famosa
"Lazy Daisy", que Mastropiero compuso mientras estaba en Nueva
York, está secretamente dedicada a su cuñada.
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Duquesa
Sofía von Stauben: Abnegada protectora y amante de Mastropiero,
a quien el compositor confundió con un extraño animal que
se meneaba en la ventana de su estudio. La duquesa fue la que le encomendó
la composición de la balada "A la playa con Mariana".
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Teodora
Fluckweidel: Dama que estimuló y apoyó a Mastropiero
durante sus épocas duras. Es probable que la haya conocido en Canadá,
donde Teodora pasó su juventud. Johann Sebastian dedicó
a ella su ballet "El lago encantado", opus 37.
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Madame
Petitcoup: Hermosa dama que ayudó a Mastropiero durante
su estadía en París, y a quien el compositor dedicó
su "Boleró", opus 62. Algunos historiadores sostienen
que se trataría de un nom de guerre de la mismísima
condesa Shorshot (ya que Petitcout y Shorshot significan lo mismo). En
aquella gira por Francia, impactado por el clamoroso éxito del
"Boleró", obra de un joven compositor local, decidió
hacer un arreglo y adaptación del mismo. Después de varios
meses de elaboración, prácticamente no quedaba nada del
material original y la obra pasó a la historia como el "Bolero
de Mastropiero".
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La
gitana Azucena: Mastropiero la tomó a su servicio para
que no solo le lavara la ropa, sino que después también
le leyera las manos y le tirara las cartas. Pero tuvo que despediarla
porque Azucena le tiraba la ropa, también le leía las cartas
y después se lavaba las manos. La gitana le rogó a Mastropiero
que no la echara y, para conmoverlo, le relató su triste historia.
El compositor, emocionado por el relato, permitió que siguiera
en su casa. Tiempo después, Azucena daba a luz un niño al
que llamó Azuceno (como era natural). Mastropiero tomó al
niño bajo su protección y le dio su apellido, actitud que
despertó las sospechas de algunos y confirmó las de casi
todos.