Estos
curiosos artefatos musicales han sido desde siempre un sello característico
de Les Luthiers. El grupo posee un taller equipado especialmente para el diseño,
construcción y reparación de sus instrumentos. En este proceso siempre se
ha implicado especialmente uno de los integrantes del grupo: Carlos Núñez
Cortés, pero además es necesario contratar artesanos especializados
en distintas técnicas para cada caso.
En un principio los instrumentos eran creados casi exclusivamente por Gerardo
Masana, con quien colaboraba Carlos Iraldi, un médico que integraba el coro
de Ingeniería (donde nació Les Luthiers). Cuando fallece Masana en 1973, Iraldi
siguió trabajando con la ayuda de Carlos Núñez Cortés. Tras fallecer Iraldi,
en 1995, hubo que buscar un nuevo responsable del taller de instrumentos,
cargo que actualmente ocupa Hugo Domínguez. Hasta el momento se han
construido cuarenta y cinco instrumentos de distintos tipos y funcionamientos.
Para crearlos Les Luthiers siguen tres criterios:
1. Instrumentos que parodian a otros ya conocidos. Ejemplos: latín, (violín hecho sobre la base de una lata de jamón). También se han construido parodias de la viola, del cello, del contrabajo, la guitarra, la trompeta, etc.
2. Aquellos en los que se parte de un objeto cualquiera, preferiblemente cotidiano, y se intenta transformar en un instrumento. Ejemplos: mandocleta (usa una bicicleta), desafinaducha, nomeolbídet, bolarmonio, etc.
3. Aquellos en los que Les Luthiers investigan nuevas formas de producir sonidos de timbres insólitos. Ejemplos: yerbomatófono d'amore, bass-pipe a vara, alambique encantador, etc.