HAROLD SHÖNSTEIN
Obra donde aparece: La Hija de Escipión
Crítico musical, que escribió esto como comentario a una de las óperas de Mastropiero: "todas las obras de Mastropiero llevan su sello; el modo que tiene de componer óperas es un verdadero modus operandi, como los delincuentes famosos; mejor dicho, como otros delincuentes famosos. Por lo tanto", concluye, "no comentaré más sus estrenos, enviaré al cronista de policiales". Poco después, salió publicada la siguiente crónica de una ópera de Mastropiero, dice así: "Al levantarse el telón comparece el tenor (sexo masculino, contextura mediana), y dando muestras de encontrarse alcoholizado, increpa a la soprano (contextura robusta, sexo indefinido), y le reclama reanudar su relación; esta se niega, profiriendo alaridos y gritos desaforados, como si cantara. El arriba mencionado, en estado de emoción violenta, extrae de entre sus ropas una pistola, calibre veintidós, y le efectúa a la supraescripta un disparo a quemarropa con orificio de entrada en el abdomen, y orificio de salida... y orificio de salida. Luego, arrepentido por el ilícito perpetrado, toma entre sus brazos a la soprano (aproximadamente un tercio de la misma); la damnificada, se repone satisfactoriamente de sus heridas, y decidida a perdonarlo, lo estrecha en un fuerte abrazo. El tenor lanza un estridente do de pecho, que prima faciae, sería un pedido de auxilio. La escena finaliza sin tener que lamentar víctimas ni daños materiales". Esta misma música la empleó también Mastropiero en la escena de Daniel el Seductor ante la ventana de Juana María del Sagrado Corazón de su ópera La Hija de Escipión.