LA GITANA AZUCENA

Obra donde aparece: Teresa y el Oso / Vientos Gitanos / Radio Tertulia

Madre del hijo adoptivo de Mastropiero, Azuceno Mastropiero. Johann Sebastian tomó a su servicio a esta gitana para que no sólo le lavara la ropa, sino que también le leyera las manos y le tirara las cartas. Pero la tuvo que despedir porque Azucena le tiraba la ropa, le leía las cartas y luego se lavaba las manos. Azucena logró que Mastropiero no la despidiera contándole su triste historia: ella era la hija del jefe de una tribu de gitanos. El día en que cumplió catorce años, se le acercó la gitana más vieja de la tribu y le dijo: "Querida Azucena, que tengas una vida tan bella como tu cara..." La anciana fue condenada al destierro. Fue condenada al destierro gitano, o sea, condenada a vivir siempre en el mismo lugar. En ese momento llegaba al campamento el Barón Gitano acompañado por su hijo, Volax el tremendo (Volax, con "v"). Azucena y el joven estaban prometidos en matrimonio y el tremendo Volax venía a casarse. La fiesta de esponsales duró ocho días y seis noches. Sucede que la primera noche se interrumpió la fiesta porque el novio, después de ver a Azucena huyó despavorido; y la segunda noche también se interrumpió porque Azucena al enterarse partió en su búsqueda. Ninguno de los dos regresó ya al campamento, pero por suerte, los seis días restantes el casamiento continuó con toda normalidad. Azucena no había encontrado a su prometido pero esperaba un hijo de él. Según Mastropiero, él, conmovido por el relato, permitió que Azucena se quedara en su casa y tiempo después la gitana tuvo un robusto varón de Volax.
Esta época de la vida de Mastropiero es lo que se denomina el "periodo gitano", y durante el mismo comenzó a componer su cuento orquestal para la niñez "Teresa y el oso".
Años después, en el libreto de una popular telenovela, "Alma de Corazón" se usó el personaje de la gitana Azucena, seguramente tomado directamente de la biografía de Mastropiero. En esta obra de ficción la gitana Azucena le confiesa al personaje más siniestro de la misma, el tío Blas, que ella no es su madre, como él piensa, sino su padre, y que se convirtió en mujer tras la mordedura de una víbora.