DON RODRIGO DÍAZ DE CARRERAS

Obra donde aparece: Cantata de Don Rodrigo Díaz de Carreras

Enigmático personaje del siglo XV, el Adelantado don Rodrigo Díaz de Carreras era hijo de Juana Díaz y Domingo de Carreras. Quien ha descubierto para el mundo la existencia de este conquistador español ha sido Johann Sebastian Mastropiero. Al principio de su investigación, Mastropiero supuso que don Rodrigo pertenecía a la misma familia Díaz que las célebres cortesanas Angustias y Dolores Díaz, pero luego, cotejando ciertas fechas, comprobó que Angustias y Dolores no provenían de esos Díaz. Mastropiero ya estaba por abandonar la investigación cuando encontró en la biblioteca de la marquesa de Quintanilla el viejo manuscrito de un anónimo poema épico redactado sobre la base del diario de viaje del Adelantado don Rodrigo Díaz de Carreras. Según este poema, don Rodrigo había arribado a las costas del Río de la Plata en 1491, o sea, un año antes del descubrimiento oficial de América; este hecho por fin explicaba su título de Adelantado. El poema describía además su heroico periplo hacia el norte del nuevo continente a lo largo de muchos años, culminando su gloriosa gesta en la isla de Puerto Rico. Impresionado por el hallazgo del poema, Mastropiero lo usó como texto para una de sus obras más célebres, la Cantata del Adelantado don Rodrigo Díaz de Carreras, de sus hazañas en tierras de Indias, de los singulares acontecimientos en que se vio envuelto, y de cómo se desenvolvió. La obra se inicia con el arribo de don Rodrigo a lo que luego se denominaría el Río de la Plata, y comienza su andadura con un singular y desigual trueque que realiza con los indios de esos pagos: cambia oro por baratijas.
Provisto, pues, de una montaña de baratijas, va recorriendo América en sentido norte, y así traba relaciones con los indios comechingones, los indias de la Puna, conoce el imperio inca, llega hasta Colombia (donde intenta cambiar el nombre del país por el de "Rodrigombia", en detrimento de don Cristóbal Colón), y en Venezuela trata de fundar Caracas, con la mala fortuna de que ya estaba fundada, por lo que es desterrado a Puerto Rico. Pero su historia tiene un feliz final, ya que deja para otros la conquista de las Indias, y se lanza a la conquista de su negra.