El Día del Final (exorcismo sinfónico-coral)
Obra nº: 173
Espectáculos:

Lutherapia

Discos: (No)
Vídeos / DVD: Lutherapia

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Versión teatral espectáculo Lutherapia.
Teatro Gran Rex, Buenos Aires, Argentina, 29 de mayo, 2009.
Letra: Carlos López Puccio. Música: Jorge Maronna.

DR: Daniel Rabinovich - MM: Marcos Mundstock - CN: Carlos Núñez Cortés - JM: Jorge Maronna - LP: Carlos López Puccio.

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DR:
¡No lo soporto más! ¡No lo soporto más!
MM:
Pase… pase…
DR:
Es un terrible secreto que guardo conmigo hace años y que creo que es la causa de todos mis malestares y de mi constipación creativa, también. ¿Me promete que no saldrá de aquí?
MM:
No, por ahora no, pero después me tengo que ir a mi casa.
DR:
¿Puedo confiar en usted?, ¿se lo puedo contar?
MM:
Sí, por supuesto, secreto profesional.
DR:
Yo tengo un hermano cura, es abad en un monasterio en una escarpada montaña alejada de la civilización. Mi hermano es de la orden de Nostradamus. La orden de Nostradamus tiene como objetivo principal evitar la llegada del Anticristo a la Tierra. Y realizan su tarea de una manera anónima y oculta y por eso la jerarquía los traslada de lugar. Los va trasladando de lugar para ocultarlos, y a la orden de Nostradamus se la conoce como la orden de "Nos-trasladamus". Mi hermano me contó que el treinta y uno de diciembre de 1999, llegaba la medianoche, terminaba el milenio y él y los otros monjes estaban rezando, pidiéndole a Dios que impidiera la llegada del Anticristo a la Tierra: ¡El enviado del demonio!
CORO:
Ya viene, ya viene el día final,
Señor, danos otra oportunidad;
Señor, no destruyas la Humanidad
Señor, no permitas que esto acabe tan mal.
DR:
Señor, no permitas
una cosa como esta.
DR+CN:
Señor, no permitas
una cosa como esta.
DR+CN+JM:
Señor, no permitas
una cosa como esta.
CORO:
Señor, no permitas
una cosa como esta.
Señor, no permitas,
no, no, no.
Señor, no permitas,
no, no, no.
Señor, Señor, Señor…
Señor, Señor, Señor…
Señor, ¡qué te cuesta!
JM:
Hermano Abad, ¡ha llegado el enviado de Roma!
(Entra MM).
LP:
Su eminencia, bienvenido, por fin ha llegado.
MM:
Hermano abad, acabo de llegar de la ciudad. ¿Es verdad que han capturado a la mujer que dará a luz al Anticristo?
LP:
Sí… la tenemos en ese cuarto.
MM:
Oh es ella; ¿y está grávida?
LP:
Está... dolorítida.
MM:
No, no, me refiero ¿están seguros de que lleva en sus entrañas al Anticristo?
LP:
Sí, sí, sí, está demostrado, cuando un hombre se le acerca, ella se convierte en un animal agresivo, amenazador.
MM:
Como muchas esposas con sus maridos.
LP:
A veces flota sobre el lecho.
MM:
Ah, si flota no está grávida... está ingrávida.
LP:
Eminencia, debemos evitar este nacimiento; si esa mujer da a luz, la oscuridad eterna caerá sobre el universo.
MM:
¡Oh! ¡Qué paradoja hermano!, si da a luz vendrá la oscuridad, eso me recuerda a la epístola de San Agustín…
CN:
¡Hay olor a azufre! ¡Hay olor a azufre!
DR:
¡Hay olor a azufre! ¡Hay olor a azufre!
LP:

Eminencia, como usted sabe, nuestra orden fue creada con un único fin: evitar la llegada del Anticristo... el Anticristo... ¡el Anticristo! Esto puede ocurrir con la llegada de cada milenio, así está consignado en la profecía de Nostradamus, que hemos conservado en secreto durante siglos. Y hoy, treinta y uno de diciembre de 1999, hay señales de que algo tremendo está por ocurrir.

Hace días que hay señales:
tormentas, terremotos,

MM:
Hace días que hay señales:
tormentas, terremotos,
LP:
violentos temporales,
MM:
huracanes, maremotos.
LP+MM:
Ya no hay a quién acudir
ni hay esperanzas tampoco,
sólo se puede decir:
¡tiempo loco!
MM:
Pero no nos apresuremos hermano abad, no nos apresuremos; tal vez ese niño que está por nacer no es el causante de todos estos desarreglos. No se olvide que tenemos el cambio climático... el calentamiento global.
LP:
¿El qué?
MM:
El calentamiento global: que todo el mundo se calienta por cualquier cosa. ¿Han leído toda la profecía?
LP:
Sólo la profecía mayor, la que anuncia la llegada del demonio. La profecía final la tenemos guardada en ese cofre.
MM:
Ah, voy a ver qué dice…
LP:
¡No, no, eminencia!: "Abrir sólo en caso de final de los tiempos".
MM:
No, no había visto. Entonces, ¿cómo podemos tener la certeza de que este niño que está por nacer es el hijo del demonio?
LP:
Todos los datos coinciden. En la profecía de Nostradamus está claramente consignado el nombre de la madre, su fecha de nacimiento, su descripción, ¡su DNI! Además, por su solo nombre uno ya se da cuenta de que es ella.
MM:
¿Cómo se llama?
LP:
Lucía Fernández.
MM:
Es un nombre común.
LP:
Le dicen Lucy... ¡Lucifer-nández! Además, hemos visto al niño claramente en las ecografías, y se confirman las peores sospechas: ¡está haciendo un gesto obsceno!
MM:
¿Cuál gesto?
LP:
No, no podría repetirlo.
MM:
¡Repítalo!... sea profesional hermano.
(LP levanta su mano haciendo el signo de cuernos).
LP:
Además, con el estetoscopio se escucha que profiere insultos y amenazas, en latín y en arameo.
MM:
El niño insulta… ¡Claro!, lo primero que aprenden son las malas palabras. ¡Va a ser un diablillo ese!
CN:
¡Ah! ¡La habitación se ha llenado de murciélagos!
DR:
¡Hay olor a azufre! ¡Hay olor a azufre!
LP:
Eminencia, no hay otro remedio, ya mismo vamos a interrumpir el embarazo.
MM:
¡No... no! ¡La interrupción del embarazo está prohibida!
LP:
Pero en un caso así, me parece que se justifica. Si no interrumpimos y este niño nace, él nos va a interrumpir a nosotros.
MM:
No, no, no, no, la interrupción del embarazo está prohibida por una bula papal, la "Embarazum nec interrumpere... ¡Nec, nec, nec!".
LP:
¿"Seguroc"? Pero, debe haber excepciones.
MM:
No, justamente la misma bula dice: "sine exceptionem, nec interrumpere, idiotae".
LP:
Eminencia, somos la autoridad, hay fuerza mayor, podemos burlar la bula.
MM:
¡No! ¿Cómo va a burlar la bula?
LP:
Le hacemos bula-bula-bula.
MM:

No, no, la bula es "inbulable".

LP:
¡Ese niño va a hacer nuestra vida imposible!
MM:
Eso es lo que dicen todas las embarazadas irresponsables.
CN:
¡Está por ocurrir! ¡Está por ocurrir! ¡Las paredes se resquebrajan!
DR:
¡Hay olor a azufre! ¡Hay olor a azufre!
LP:
Eminencia, todavía podemos burlar la bula.
MM:
No, no. No se olvide que el que no respeta la bula es un abúlico, ¡y adelgaza y tiene bulimia!, ¡y lo persiguen los perros!
LP:
¿Qué perros?
MM:

Los bull-dogs. Debemos ser fieles a nuestros principios.

Los principios, van al principio,
los principios son lo principal,
si los principios fueran fines
deberían ir al final.
Los principios son nuestra defensa
contra injurias y herejías
que se dicen en nombre de la ciencia,
la peor de todas: ¡la epistemología!

LP:
Eminencia, todavía queda una esperanza, un recurso extremo contra el demonio.
MM:
¿Cuál?
LP:
En la profecía de Nostradamus se leía: "In casus emergentsia extremis, utilizare....", y una palabra que no entendíamos. Tardamos muchísimo tiempo en comprender su significado. Esa palabra señala un recurso extremo contra el demonio, algo que en época de Nostradamus no se conocía, algo tremendo.
MM:
¡Ah, ya sé! ¿Gases tóxicos?
LP:
¡Mucho peor!
MM:
¿Guerra bacteriológica? ¿Ojivas nucleares?
LP:
Mastropiero.
MM:
¿Utilizar música de Mastropiero contra el demonio? ¡Pobre Diablo! ¡Qué crueldad!
LP:
Sí. A nuestro pedido, Mastropiero compuso un himno exorcista, y nosotros construimos el instrumento adecuado para el exorcismo. Hermanos, vamos a buscar la "exorcítara".
MM:
¡La exorcítara!
LP:
Hermano Daniel, explícale a su eminencia los detalles...
DR:
En la profecía de Nostradamus está indicado que el exorcismo debe ser realizado en la oscuridad ¡Apagad las luces!
MM:
No, no, no… ¡Encended las luces!
DR:
¿Algún impedimento teológico?
MM:
No, es que ¿usted no ha leído el…el…? No, ¡me da miedo la oscuridad!
DR:
¡Apagad las luces! En la profecía de Nostradamus están las instrucciones para la construcción y la interpretación de la exorcítara, como así también su garantía por un siglo o tres demonios, lo que ocurra antes.
MM:
Y… ¿será eficaz?
DR:
Así lo dice la profecía: "Eficaz repelente contra demonios. Por su efectiva acción residual basta una aplicación por milenio".
MM:
¡Probemos ya!
DR:
¡Comenzad el rito exorcista!

CORO:
¡Sal! ¡Sal!
demonio destructor.
¡Sal! de esa mujer desdichada.
¡Sal! ¡Sal!
Pensándolo mejor... ¡no salgas nada!

DR:
Eminencia, ¡todo ha sido inútil!, ya llega la media noche, ¡es año nuevo!
MM:
¡Feliz año nuevo!
LP:
No… no…
DR:
¿Qué hacemos? ¡Está por nacer!
MM:
Para que ese niño no nazca, solo nos queda rogarle al Señor.
DR:
¡Cantemos Hermanos!

JM:
Señor, debes acceder,
no mires para otro lado,
CORO:
ayúdanos a interrumpir
este embarazo no deseado.
DR:

Si no se puede interrumpir
el nacimiento de un ser vivo
le debiste permitir
que usara un anticonceptivo.
Si no se puede interrumpir
el nacimiento de un ser vivo
le debiste permitir
que usara un anticonceptivo.
Señor, ayúdanos,
necesitamos tu ayuda
y que por esta única vez
nos mandes la píldora,
la píldora…
...de los nueve meses después.

MM:
¡Ha nacido!
LP:
¿Qué hace? ¿Qué hace?
MM:
Duerme plácidamente junto a su madre. ¡Regresa al infierno, niño! ¡Vuélvete! ¡Fuera bicho!
DR:
¡Que se vaya!
CORO:
¡Vuelve al infierno,
vete de acá!
¡Vuélvete niño,
vuélvete ya!
MM:
¡Hay que leer la profecía final!
(Abre el cofre y saca la profecía. Comienza a leerla).
"El Señor enviará a la Tierra un niño, el Anticristo, como castigo a la humanidad por sus pecados".
DR:
¡El Señor nos castiga!
CORO:
¡Vuélvete niño,
vuélvete ya!
¡No nos agrada
que estés acá!
DR:
¡El Señor nos abandona!
MM:
"El Señor envía al demonio a gobernar la Tierra".
DR:
¡El Señor nos manda al demonio!
CORO:
¡Vuélvete niño,
vuélvete ya!
MM:
"Mientras ese niño esté en la Tierra habrá una guerra cada siglo..."
CORO:
¡Vuélvete niño!
MM:
"... y miles de personas pasarán hambre, y algunos gobernantes se enriquecerán a costa de su pueblo".
JM:
Perdón, ¿una guerra cada siglo? ¿nada más?
DR:
¿Miles de personas pasarán hambre? ¿nada más que miles?
LP:
¿Sólo algunos gobernantes?
TODOS:
Quédate niño,
quédate acá...

El número que cierra el espectáculo reune, nuevamente, a todos los componentes del grupo en escena. Juegos de palabras y coros de inspiración religiosa se alternan con efectos sonoros y luminosos (usados con la sobriedad que caracteriza a Les Luthiers); también se toca un instrumento informal construido específicamente para esta ocasión, la exorcítara, una especie de arpa con tubos de neón en lugar de cuerdas y un sonido electrónico bastante impresionante. Aunque no de un modo absoluto, porque detrás de esta obra hay otra, en muchos sentidos esta es la última creación genuina de Les Luthiers.

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