Obra nº: | 129 |
Espectáculos: | |
Discos: | Les Luthiers en Vivos |
Vídeos / DVD: | Unen
Canto con Humor Las Obras de Ayer |
MM: |
Según
algunos autores, los orígenes de la música religiosa se
remontan a un pasado muy lejano; según otros, se hunden en la
prehistoria. La pregunta que surge es: ¿se remontan, o se hunden?
Los pescadores primitivos ya entonaban fervorosos himnos litúrgicos
para obtener una buena pesca, práctica que cayó en desuso
porque dichos cánticos halagaban a los dioses, pero ahuyentaban
a los peces. Por eso, los pescadores de la aldea de Rocca Povera, en
el sur de Italia, le rezan a San Ictícola de los Peces, también
llamado San Ictícola de la Mar, y le rezan por una buena pesca
en la ermita del santo, situada en plena montaña, donde los peces
no puedan oírlos. La aldea de Rocca Povera depende para su subsistencia
de unos pocos cultivos y de su empobrecida pesca; o sea, que su economía
es típicamente "agropescuaria". La aldea de Rocca Povera
es pobre aún en leyendas místicas: nunca un milagro, nunca
una imagen que derrama lágrimas; no solamente a ninguno jamás
se le apareció la Virgen, sino que de la iglesia de la aldea
desaparecieron varios santos, un cáliz y dos relicarios. Pero
los pescadores no pierden la fe; una vez más, como cada año
en su día, se dirigen en procesión guiados por el cura
párroco a la ermita de San Ictícola de los Peces, para
pedirle que, esta vez sí, atienda sus ruegos. |
JM: |
Hijos
míos, vamos todos a la ermita de San Ictícola para pedirle
una buena pesca, ¡vamos! |
DR: |
La
verdad, padre, desde que le rezamos a San Ictícola, cada vez
pescamos menos. |
LP: |
Antes
sí que había buena pesca por acá, con el santo
que teníamos antes pero... lo trasladaron. |
JM: |
Es
que San Ictícola sabe que entre vosotros hay herejes, perjuros,
apóstatas... y por eso está molesto |
CN: |
Padre,
si le molesta la "apóstata", ¿por qué
no se opera? |
JM:
|
¡Ah,
ya estamos llegando! ¡vamos, vamos! |
CORO: |
San
Ictícola de la Mar San Ictícola de los Peces te queremos solicitar que nos des una buena pesca al contrario que otras veces no nos vuelvas a fallar. Con fervor y con fe te venimos a rezar pero tú también pon un poco de voluntad. San Ictícola de la Mar San Ictícola de los Peces no nos vuelvas a fallar. |
DR: |
¡Aaaaaahhhhh! |
LP: |
¿Qué
pasó? |
DR: |
Me
mordió la oruga. |
LP: |
¿Ya
estás bien? |
DR: |
Sí,
está mano me quedó... ¡ah! |
CN: |
¡Aaaaaahhhhh! |
LP: |
¡Aaaaaahhhhh! |
DR: |
¿Por
qué gritás? |
LP:
|
Por
solidaridad. |
DR:
|
¡Ah! |
JM: |
Silencio,
hijos míos, silencio, silencio. Hijos, recordad, hemos venido
en el día del santo para rezarle al santo en su santo. |
CORO:
|
San
Ictícola de los Peces en tu día te imploramos; cumple nuestros pedidos cumple nuestros ruegos en tu día ¡cumpleaños feliz! |
JM:
|
Hermanos,
cada vez hay menos pesca. Y la culpa, ¿de quién es? La
culpa es de vosotros, porque vivís en pecado. |
LP:
|
No,
padre; vivimos del pescado. |
JM:
|
Oremos.
San Ictícola de los Peces, ten piedad de estos pobres pecadores. |
CORO:
|
San
Ictícola de los Peces, ten piedad de estos pobres pecadores. |
JM:
|
Te
confesamos todas nuestras faltas. |
CORO:
|
Falta
ropa, falta comida, falta dinero. |
JM: |
Nos
retractamos de las ofensas inferidas. |
CORO:
|
Nos
retractamos de las ofensas inferidas. |
JM:
|
A
nuestros padres, a nuestros hermanos. |
CORO:
|
A
nuestros padres, a nuestros hermanos, nos retractamos. |
JM:
|
A
los hijos, a los cónyuges. |
CORO:
|
A
los hijos, a los cónyuges, nos retractamos. |
JM:
|
A
los tíos, los primos, los sobrinos, los cuñados, los suegros,
los yernos, las nueras. |
CORO:
|
Sí,
nos retractamos. |
DR: |
(Aparte)
Se ve que es un retracto de familia. |
JM:
|
San
Ictícola de los Peces, perdona a estos pecadores, inicuos, impíos,
perjuros, perversos, despreciables, degenerados. |
CORO:
|
No
le creas, no es para tanto. |
JM:
|
Cantemos. |
CORO:
|
San
Ictícola de los Peces danos pescado abundante o caeremos en la tentación de la carne y la maldición del colesterol. Alabado sea el lenguado; y el bacalao alabao; luz divina a la sardina; divina luz a la merluza. |
JM:
|
Entonemos
grandiosos salmos, ¡salmones! Y loas al atún. |
CORO:
|
Loas,
atún loas, atún atún atún a tun... nombre |
JM:
|
Y
ahora, leeré la vida de San Ictícola. |
DR:
|
¿Toda,
padre? |
JM:
|
Don
Ictícola Fiorentini fue un honesto mercader que vivió
en la Toscana en el siglo XI, que descubrió su vocación
religiosa el día en que casi muere atragantado por una espina
de besugo; su abnegada esposa salvó su vida extrayéndole
la espina; pero esos instantes de pánico le causaron una tremenda
impresión; Ictícola nunca había visto tan de cerca
a la muerte... ni a su esposa. Entonces decidió tomar los hábitos,
(sobre todo el hábito de no comer pescado), y comenzó
su prédica; la prédica contra el consumo de todo tipo
de pescado. En 1614 fue canonizado como San Ictícola de la Mar,
protector de los peces, encargado de mantenerlos alejados de las redes
de los pescadores... |
CN:
|
¿Y
qué estamos haciendo acá? ¿qué estamos haciendo
acá? ¿se puede saber qué estamos haciendo acá?
¡Veinte años que venimos a esta roca podrida a rezarle
al muñequito! ¡y ahora...! |
JM:
|
Lo
que pasa es que esta parte no la había leído nunca. |
CN:
|
¡Era
San Ictícola el que nos arruinaba la pesca! ¿te das cuenta?
¡tan santito que parecía! |
JM:
|
No,
no, no, está bien, está bien, no debimos rogar a San Ictícola. |
CN:
|
Pero,
¿en qué quedamos, padre? Si ruega, es porque ruega; si
no ruega, porque no ruega... |
DR: |
Hablando
de Noruega... ¿se acuerdan de las turistas noruegas, las que
vinieron el año pasado? |
CN:
|
Y,
qué tiene que ver eso? |
DR: |
Dejemos
la pesca, dediquémonos al turismo; aprovechemos nuestras hermosas
playas, el sol del Mediterráneo... así vienen las turistas
noruegas, ¿eh? que allá se están... |
JM:
|
Esas
turistas nórdicas son impúdicas. |
DR:
|
No,
noruegas. |
JM:
|
Los
hombres las espían; luego viene la tentación y los malos
pensamientos... toman el sol con el torso desnudo... |
CORO:
|
¡Je,
je, je! |
JM:
|
No,
esas cosas nunca vienen solas. |
DR:
|
Y
no, vienen de a pares... la tentación y los malos pensamientos. |
JM:
|
No
voy a permitirlo... no insistan... ¡bueno, está bien! |
LP: |
Padre,
¿y a quién hay que rezar para que nos manden turistas?
Suecas, belgas, alemanas... |
JM: |
Torso
desnudo... hay una santa... ¡Santa Lola de los Lactantes! Vamos
a rezarle para que nos mande turistas. |
CORO:
|
Suecas,
belgas y alemanas son mujeres muy completas por su cuerpo seductor, por la gracia de sus piernas por la gracia de sus... ¡por la gracia del Señor! |
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Versión teatral espectáculo Unen Canto con Humor.
Teatro Auditorium, Mar del Plata, Argentina, 30 de enero, 1999.
MM:
Marcos Mundstock - JM: Jorge Maronna - DR: Daniel Rabinovich - CN: Carlos
Núñez Cortés - LP: Carlos López Puccio.
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