MM: | Cierta
vez, se presentó ante Mastropiero un enigmático caballero
de blanca peluca y nobles modales, y le encomendó una obra musical
para ser interpretada durante una ceremonia fúnebre. Sin darse
a conocer, pagó por adelantado sus honorarios a Mastropiero,
y le informó que él se ausentaría por algunas semanas,
pero que a su regreso la obra se tocaría en el homenaje póstumo
al doctor Schmerz von Utter, a realizarse en los salones de la SOGINOBST,
la Sociedad de Ginecología y Obstetricia. Mastropiero compuso
entonces una cantata para cuatro voces masculinas, titulada "Te
has ido, oh ilustre, oh abnegado, o..bstetra". La primera voz de
esta cantata narra un episodio de la vida del doctor von Utter que demuestra
su espíritu generoso y humanitario: el día que recorrió
cinco leguas a pie para asistir en el parto a una humilde campesina
abandonada por su novio. La segunda voz canta acotaciones circunstanciales
sobre los hechos narrados, y las dos voces restantes resaltan la filantropía
del extinto. Sin embargo, comenzados los ensayos, Mastropiero decidió
suprimir la voz que hacía las acotaciones circunstanciales. El
cambio se debía, a que la solemnidad de las honras póstumas
no estaba de acuerdo con dichas acotaciones circunstanciales, que eran
del tipo de "¡qué barbaridad!", "¡puje,
puje!", "¡upalalá!", "¡macho
dijo la partera!", "¡listo el pollo!", "achuchuchu...",
etcétera. Pero, un grupo de notables socios de la SOGINOBST convenció
a Mastropiero de que también suprimiera la voz que relataba la
anécdota. La supresión del relato de la anécdota
respondía a que habían surgido algunas dudas sobre su
veracidad. Tal vez el doctor von Utter no había recorrido cinco
leguas a pie, sino solo cuatro leguas y en un lujoso carruaje. Posiblemente
la joven encinta no era una pobre campesina abandonada por su novio,
sino una rica condesa, la cual le habría retribuido con generosidad.
Este bello dúo conserva el elogio de las virtudes humanitarias
del extinto, y se lo sigue interpretando hasta nuestros días
a pesar de una curiosa superstición según la cual su ejecución
acarrea diversas desgracias a los cantantes: venganzas inesperadas,
quebrantos económicos, accidentes durante el concierto, y no
sólo eso, también súbitos tics nerviosos, incontinencias
varias, temblores, mareos y también indiscriminados impulsos
eróticos. Pero este duetto no es la obra que vamos a escuchar
hoy, como tampoco llegó a ejecutarse en las honras póstumas
del doctor von Utter; ya que, nuevamente comparecieron los miembros
de la SOGINOBST y acordaron con el compositor que lo mejor sería
volver al cuarteto original, pero con un pequeño cambio: en lugar
de voces masculinas, ejecutado con instrumentos de viento. Los colegas
del doctor von Utter preferían evitar toda referencia a los hechos
ocurridos ya que habían logrado confirmar, y aún ampliar,
sus anteriores sospechas. La humilde campesina, en efecto, no era tal,
sino la condesa de Regenschmutz, no era soltera, sino casada, y no había
dado a luz la noche en que la visitó von Utter, sino nueve meses
después. Pero Mastropiero pensó que un cuarteto de vientos
no era lo ideal para un homenaje, y le adicionó instrumentos
de cuerda, más afines con la ocasión. El compositor veía
complacido cómo un simple encargo iba en camino de convertirse
en una obra maestra. Pero esta obra maestra reclamaba la inclusión
de un nuevo instrumento: el piano. Por suerte, el enigmático
caballero de peluca blanca y nobles modales, que le había encargado
la obra de homenaje fúnebre, todavía no había regresado
a reclamar el trabajo concluido. Mastropiero estaba conforme. Se sentó
tranquilamente a releer lo que había compuesto y se dio cuenta
de que algo sobraba: los instrumentos de cuerda... y el piano también.
Él se creía capaz de componer una obra genial volviendo
a la simple formación del cuarteto de vientos, pero de otros
instrumentos de viento distintos de los anteriores. La obra quedaría
definitivamente compuesta para vientos. Ahora Mastropiero sentía
que ya nada sobraba en su partitura. Más aún, algo faltaba...
instrumentos de percusión. Estaba sumido en estas cavilaciones,
cuando golpearon a la puerta; era el enigmático caballero de
la blanca peluca, que le había encargado la obra de homenaje
póstumo al doctor Schmerz von Utter. Esta vez el caballero reveló
su identidad, "yo soy ", dijo, "el conde de Regenschmutz.",
o sea el marido de la condesa de Regenschmutz, y agregó: "durante
estas semanas he estado persiguiendo por toda Europa al maldito doctor
von Utter, pero se me escapó por poco y sigue con vida en alguna
parte; por lo tanto, el homenaje fúnebre se posterga hasta nuevo
aviso". Pero los miembros de la SOGINOBST decidieron realizar de
todos modos un gran festejo de repudio al doctor von Utter. Durante
el mismo se ejecutó una obra que contiene fragmentos de las obras
descartadas por Mastropiero. La escucharemos a continuación y
se titula "Pepper Clemens sent the messenger nevertheless the reverend
left the herd" , cuya traducción al castellano es "Schmerz
el mequetrefe, ese repelente vejete verde". |
CORO: | Schmerz
von Utter Bobo, bobo, pánfilo (Scat) Que mentiroso y
charlatán Schmerz
von Utter
|
Obra nº: | 095 |
Espectáculos: | |
Discos: | (No) |
Vídeos / DVD: | Las
Obras de Ayer Los Premios Mastropiero |
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Versión teatral espectáculo Las Obras de Ayer.
Teatro Coliseo, Buenos Aires, Argentina, 2002.
MM: Marcos Mundstock - EA: Ernesto Acher - CN: Carlos Núñez
Cortés - JM:
Jorge Maronna.
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MM: |
Cierta
vez, se presentó ante Mastropiero un enigmático caballero
de nobles modales, y le encomendó la composición de una
obra de homenaje al doctor Schmerz von Utter (*), con motivo de su muerte.
El enigmático caballero, sin darse a conocer, pagó por
adelantado los honorarios del compositor, y le informó que se
ausentaría por algunas semanas. Agregó que a su regreso
se llevaría a cabo el homenaje póstumo al doctor von Utter,
en el salón de actos de la SOGINOBST, la Sociedad de Ginecología
y Obstetricia. Mastropiero compuso entonces una cantata para cinco voces
masculinas, titulada "Te has ido, oh ilustre, oh abnegado, o...bstetra".
La primera voz de esta cantata narra un episodio de la vida del doctor
von Utter, que sintetiza su espíritu humanitario; se refiere
al día en que el abnegado médico recorrió cinco
leguas a pie para asistir en el parto a una humilde campesina abandonada
por su novio. La segunda voz de la cantata hace acotaciones circunstanciales
sobre los hechos narrados, y las tres voces restantes resaltan la filantropía
del extinto. Comenzados los ensayos, Mastropiero decidió suprimir
la voz que hacía las acotaciones circunstanciales, y convirtió
la obra en un cuarteto. El cambio se justificaba, porque la solemnidad
de las honras póstumas no estaba de acuerdo con el carácter
de dichas acotaciones circunstanciales, que eran del tipo de "¡qué
barbaridad!", "¡upalalá!", o también
"¡puje, puje!", "listo el pollo", etcétera.
Pero, un grupo de conspicuos socios de la SOGINOBST se presentó
ante Mastropiero y lo convenció de que suprimiera la voz que
relataba la anécdota, convirtiendo la obra en un trío.
El nuevo cambio obedecía a que habían surgido ciertas
dudas sobre la veracidad de los hechos narrados; se sospechaba que el
doctor von Utter no había recorrido a pie cinco leguas, sino
solo cuatro leguas; además la enferma no habría sido una
pobre campesina abandonada por su novio, sino una rica condesa que le
habría retribuido generosamente. El trío conserva el elogio
de las virtudes humanitarias del extinto, y se lo sigue interpretando
hasta nuestros días, a pesar de una curiosa superstición
según la cual su ejecución acarrea diversas desgracias
a los intérpretes: súbitas descomposturas, venganzas inesperadas,
quebrantos económicos, o meros accidentes durante el concierto.
Pero, no es el trío la obra que hemos de escuchar hoy, como tampoco
llegó a ejecutarse en las honras póstumas del doctor von
Utter; sucede que, estando ya casi listo para estrenar, se presentaron
nuevamente los miembros de la SOGINOBST, y convinieron con Mastropiero
que lo mejor para el homenaje era una obra instrumental: el quinteto
original, pero en lugar de voces masculinas, ejecutado con instrumentos
de viento. Los colegas del doctor von Utter preferían evitar
toda referencia a los hechos ocurridos, ya que habían logrado
confirmar, y aún ampliar, sus anteriores sospechas. La campesina,
en efecto, no era tal, sino la condesa de Regenschmutz, no era soltera,
sino casada, y no había dado a luz aquella noche, sino nueve
meses después. Pero Mastropiero pensó que para homenajear
a un extinto, un quinteto de vientos no era lo ideal, y modificó
la obra adicionándole instrumentos de cuerda, más afines
con la ocasión. Por suerte, el enigmático caballero de
los nobles modales, que le había encomendado la obra de homenaje
fúnebre, aún no había regresado a reclamar el trabajo
concluido, y Mastropiero siguió reflexionando, hasta que por
fin decidió que la solemnidad del acto reclamaba el agregado
de un nuevo instrumento: el piano. Y puso manos a la obra en la corrección.
La partitura estaba ganando en complejidad, y el compositor veía
complacido cómo un simple encargo iba en camino de convertirse
en una obra maestra; sin embargo, releyendo lo que había escrito,
Mastropiero decidió que las cuerdas sobraban, y el piano también:
él se sentía capaz de componer una obra genial volviendo
a la simple formación del quinteto de vientos, pero de otros
vientos distintos de los de la versión anterior. Estaba decidido:
la partitura quedaría definitivamente compuesta para vientos.
Aún así, Mastropiero sentía que algo faltaba en
su obra: instrumentos de percusión. Mastropiero estaba sumido
en sus cavilaciones, cuando golpearon a la puerta; era el enigmático
caballero de los nobles modales, que semanas antes le había encargado
la obra de homenaje fúnebre al doctor Schmerz von Utter. Esta
vez el caballero reveló su identidad, dijo: "Yo soy el conde
de Regenschmutz, el marido de la desprestigiada condesa", y agregó:
"Durante estas semanas he estado persiguiendo por toda Europa al
doctor von Utter, pero se me escapó de las manos y sigue con
vida en alguna parte. Por lo tanto, suspenderemos el homenaje fúnebre
hasta nuevo aviso". Pero los miembros de la SOGINOBST decidieron
realizar de todos modos un gran festejo de repudio al doctor Schmerz
von Utter. Durante el acto se tocó una pieza de jazz que Mastropiero
compuso usando elementos de las obras anteriormente descartadas. La
escucharemos a continuación, y se titula "Pepper Clemens
sent the messenger: nevertheless the reverend left the herd", cuya
traducción al castellano es "Schmerz el mequetrefe, ese
repelente vejete verde". |
CORO: | ¡Puje,
puje, puje! |
EA: | No
se distraiga, vamos, vamos, |
CN: | Doctor von Utter. |
JM: | Abnegado profesor. |
CORO: |
Schmerz... von... Utter abnegado, abnegado, profesor. |
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Versión teatral espectáculo Por Humor al Arte.
Teatro Coliseo, Buenos Aires, Argentina, octubre, 1983.
MM: Marcos Mundstock - EA: Ernesto Acher - CN: Carlos Núñez
Cortés - JM:
Jorge Maronna.
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