Sinfonía Interrumpida (música de radioteatro)
Obra nº: 076
Espectáculos:

Muchas Gracias de Nada

Discos: (No)
Vídeos / DVD: Muchas Gracias de Nada

———————————————————————————oOo———————————————————————————

Versión teatral espectáculo Muchas Gracias de Nada.
Teatro Coliseo, Buenos Aires, Argentina, octubre, 1980.

MM: Marcos Mundstock - DR: Daniel Rabinovich - CN: Carlos Núñez Cortés - JM: Jorge Maronna.

———————————————————————————oOo———————————————————————————

MM:
Muchas veces la música de fondo de un radioteatro nos conmueve profundamente, sin que luego recordemos el nombre del compositor, pero, hay un músico que ha sufrido como pocos este desconocimiento, este olvido por parte del público. Se trata del compositor canadiense... A propósito de la música de fondo para radioteatros escucharemos a continuación un capítulo del radioteatro “Sinfonía Interrumpida”, cuya música pertenece precisamente al compositor canadiense, eh... cuyo nombre... escapa a nuestra memoria.
La novela de la tarde presenta: “Sinfonía Interrumpida”. Romualdo Izaguirre, talentoso concertista de piano, hijo de una acaudalada familia, se ha enamorado de María Inés, empleada de una tienda, y está a punto de casarse con ella. Esta actitud de Romualdo, joven y atractivo, ha desencadenado los celos de Patricia, hermana de Esteban, íntimo amigo de Romualdo, el menor de los Vidal del Cerro, que estaban emparentados con los Izaguirre, sí, que supieron tener campos en Baradero, parece que las cosas no les fueron muy bien, entonces ¿qué hicieron los tipos?, eso es muy interesante, agarraron y vendieron todo, y con esa guita fueron y pusieron un criadero de chanchos, con tan mala suerte que justo en ese momento se comenzó... Esa mañana, en la tienda donde trabaja, María Inés atiende a un extraño cliente.
DR:
...Sección empaques.
MM:
¿Alguna otra cosita señor?
DR:
No señoggita, ¿cuánto es?
MM:
Son cien mil pesos, señor,perdón ¿usted no es de aquí, verdad?
DR:
No señoggita.
MM:
Ah, de vacaciones.
DR:
No, no, yo vine pog negocios, soy empggesario aggtístico.
MM:
¡Oh, qué interesante!
DR:
Sí, aunque debo hacegglo, foggzado por las ciggcunstancias.
MM:
¿Por qué?
DR:
Bueno es una histoggia muy larga y muy tggiste.
MM:
¡Oh! Créame que lo siento.
DR:
Yo ega un famoso cantante de ópegga ggequerido pog los más impoggtantes teatggos lígicos del mundo hasta que de pggonto todo teggminó.
MM:
¿Qué pasó?
DR: Bueno, es otga histoggia muy larga y muy tggiste.
MM: ¡Oh! Créame que lo siento.
DR: Ggepentinamente sufggí una enfeggmedad teggible, que me impidió seguigg cantando.
MM: ¿Qué le pasó?
DR:
Señoggita, ¿no se da cuenta? Yo no soy fggancés me patina la rrr .
MM:
Créame que lo siento... ¡Oh!
DR:
No tiene impoggtancia señoggita, no se pggeocupe. Pero ahogga yo he venido a contggatar a un talentoso y joven pianista para llevag a cabo una gigga integg, integg, una gira integg, una gira integggg, ¡una gira mundial!
MM:
Y seré curiosa...
DR:
Ggggg...
MM:
Y seré curiosa, ¿cuál es el nombre de ese pianista?
DR:
Gggomualdo Izaguigge.
MM:
¿Romualdo Izaguirre?
DR:
Sí, Ggomualdo Izaguigge Belmont.
MM:
¿Romualdo Izaguirre Belmont?
DR:
Sí, Ggomualdo Héctogg Izaguigge Belmont.
MM:
¿Romualdo Héctor Izaguirre Belmont?
DR:
Pero sí, señoggita, ¿es que usted lo conoce?
MM:
¡No!.... ¡No puedo creerlo! Sí, sí, lo conozco. ¡Ese hombre es mi prometido!
DR:
Gggg...
MM:
María Inés es presa de gran excitación. Ante su mente desfilan desordenadas imágenes: su inminente boda, la gira internacional acompañando a su flamante esposo, el éxito, la fama, el regreso triunfal. Sumida en este torbellino de fantasías... sumida en ese torbellino de fantasías, María Inés llega a casa de Romualdo, quien ajeno a todo ensaya febrilmente su concierto.
CN:
Faltan solo veinticuatro horas para el concierto y aun no he logrado tocar bien esta parte. ¡Adelante!... ¡Adelante!
MM:
¡Hooooooooola mi amorcito! ¿Cómo estás?
CN:
Hola cariño, hola María Inés.
MM:
¿Interrumpo?
CN:
No mi amor, tú nunca me interrumpes.
MM:
Dime Romualdo, ¿estás bien preparado para el concierto?
CN:
Sí, por supuesto.
MM:
¿No estás nervioso?
CN:
¿Nervioso yo? Je, je, je, no Juan Carlos..., ¡No María Inés! Estoy muy tranquilo.
MM:
Romualdito tengo una... no lo que pasa es que hoy estoy con un poco de asma.
CN:
¿Decías cariño?
MM:
Romualdito, tengo una maravillosa noticia para darte.
CN:
¿Ah sí?, dime ¿de qué se trata?
MM:
Luego, luego, te contaré, ahora sigue ensayando no quisiera interrumpirte.
CN:
Pero querida, si tú sabes que nunca me interrumpes. ¿Qué habrá sido ese portazo?
DR:
¡Yo! ¡Yo! Yo cerré la puertita, che.
CN:
Sabes María Inés, ya imagino la noche de mañana en el concierto: el público colmando el teatro, las luces que se van apagando, yo, de elegante frac me adelanto hacia el proscenio, saludo... , me recibe una gran ovación, me siento al piano y comienzo a tocar.
MM:
Oooohhh Romualdo, Romualdito bua, bua, ah, ah, sniff, snif, auuu, qué bella música. ¡¡Romualdooooo!! ...qué hermosa melodía ¿no?. Romualditooooo.
CN:
¿Qué quieres ahora María Inés? ¿Qué quieres?
MM:
Perdóname chiquito no quise interrumpirte.
CN:
Ya te dije un millón de veces que tu nunca me interrumpes María Inés.
MM:
Romualdo, tú estas nervioso.
CN:
¡No estoy nervioso! Son los nervios.
MM:
Bueno tranquilízate, ahora me iré. Luego te llamo para darte la increíble noticia.
CN:
¿Pero de qué se trata María Inés?
MM:
Ah, no, no, no... Mejor te lo digo después, no quisiera ponerte nervioso, además estoy apurada.
CN:
Pero María Inés, mi amor.
MM:
Luego te llamo, adiós.
CN:
Mi corazón, mi cielo, mi vida.
DR:
¡Mi dedo!
MM:
Continuamos escuchando, “Sinfonía Interrumpida”. Atardece.
DR:
Tah, tah, tah... tah-tah-tardece…
MM:
Mientras Romualdo sigue ensayando su concierto recibe la visita de Patricia.
DR:
¡Sííí!
MM:
Los celos la carcomen.
DR:
¡Crunch! ¡Crunch! ¡Crunch!
MM:
Patricia está urdiendo un plan.
DR:
¡Urd! ¡Urd! ¡Urd!
MM:
Un plan para separar a María Inés de Romualdo.
CN:
Faltan solo veintitrés horas para el concierto y aun no he logrado tocar bien esta parte. ¿Quién es?
JM:
Patricia.
CN:
Adelante Patsy Patsy.
JM:
Romualdo.
CN:
¿Sí?
JM:
Debo hablar contigo.
CN:
Hazlo.
JM:
Tu sabes que siempre te he querido, desde niños, y es por eso que he aceptado tu relación con María Inés, pero... hay cosas que ya no puedo callar.
CN:
No entiendo, expilícate.
JM:
María Inés no te ha dicho toda la verdad acerca de su pasado.
CN:
¡No! ¡calla! ¡no quiero saber! ¡no digas nada más! ¿Qué pasó?
JM:
Romualdo, María Inés tuvo un hijo.
CN:
Sí, eso ya lo sabía, es una antigua historia.
JM:
¿Cómo antigua?, si lo tuvo esta mañana...
CN:
¡No!
JM:
Sí Romualdo.
CN:
¿Otro más?
JM:
Otro más Romualdo.
CN:
¡No puede ser! Lo que tu dices no puede ser verdad.
JM:
Ella es una serpiente Romualdo.
CN:
No te permito.
JM:
Ella es una bruja.
CN:
No respondo más de mis actos, cruel mujer. ¡Toma!
JM:
Ay!, no debes pegarme Romualdo.
DR:
Ah, ¿no debo pegarte? Tomá, te pegué de nuevo. ¡Tomá, tomá y tomá! Te voy a seguir pegando... sí, por alcahueta...
MM:
¡Déjame vos!!
DR:
¡Atorranta! ¡podrida! ¡cuentera!
MM:

No se pierda mañana, el primer capítulo de: “Quién mató a Patricia”.