Sonatas para Latín y Piano (sonatas)
Obra nº: 070
Espectáculos:

Mastropiero Que Nunca
Los Clásicos de Les Luthiers EEUU
Los Clásicos de Les Luthiers

Discos: (No)
Vídeos / DVD: Mastropiero Que Nunca

———————————————————————————oOo———————————————————————————

Versión discográfica.

Texto carátula.

———————————————————————————oOo———————————————————————————

El grupo se la ingenia para enfrentar las ganas de payar de Jorge con la repentina vocación poética de Daniel. Constituyen un cónclave de consulta para ayudarlo a éste y entre todos, confirmando la eficacia del trabajo en equipo, logran elaborar un sofisticado grado de confusión.

 

———————————————————————————oOo———————————————————————————

Versión teatral espectáculo Mastropiero Que Nunca.
Teatro Coliseo, Buenos Aires, Argentina, mayo, 1979.

MM: Marcos Mundstock.

———————————————————————————oOo———————————————————————————

MM:

A continuación vamos a escuchar fragmentos de las cuatro sonatas, opus 17 para violín y piano, que Mastropiero compusiera para el dúo formado por el violinista Rudolff von Lichtenkraut, y su esposa, la pianista Gundula von von Lichtenkraut, radicados en Praga. La primera sonata del opus 17 está compuesta con pasión y arrebato, apasionada al estilo de los compositores románticos en general, y arrebatada a algunos de ellos en particular. Durante el estreno de esta primera sonata se produjo un verdadero escándalo; desde un comienzo el público se dividió: mientras unos silbaban y abucheaban, el resto se retiraba de la sala. Seguidamente escucharemos un fragmento de la sonata nº 1, opus 17, para violín y piano, de Johann Sebastian Mastropiero, en su versión original, tal como fue estrenada por Rudolff y Gundula von Lichtenkraut.

(Los papeles de Gundula y Rudolff corresponden a Carlos Núñez Cortés y Carlos López Puccio, respectivamente. Tocan un fragmento de la primera sonata).

MM:
En la primavera siguiente, Mastropiero viajó a Praga y conoció personalmente al matrimonio von Lichtenkraut. Para Johann Sebastian, verla a Gundula, enamorarse perdidamente, caminar toda la noche desesperado a orillas del Moldava, pasar dos días borracho en una taberna, y componer durante una semana la sonata nº 2 del opus 17 pensando en ella... fue todo cuestión de un instante. La noche del estreno, las miradas que Gundula lanzaba hacia el palco ocupado por Mastropiero parecían indicar que ella tampoco permanecía indiferente. En esta sonata nº 2, el compositor, reflejando sus sentimientos por Gundula, otorgó el lucimiento mayor a la parte del piano, como pudo comprobarlo el público de Praga en la noche de su estreno.

(Mientras la pianista tiene partes de gran lucimiento, el violinista solo toca unas pocas notas de acompañamiento).

MM:
Gundula, fiel al respeto debido a su esposo, sentía que no podía corresponder a los requerimientos amatorios de Mastropiero, hasta que una tarde, comprobó que podía perfectamente. Los encuentros entre Gundula y Johann Sebastian se hicieron cada vez más frecuentes, y la vorágine pasional que vivieron ambos se refleja en la sonata nº 3 del opus 17 de Mastropiero, que el matrimonio von Lichtenkraut estrenó en el otoño siguiente con la presencia del compositor. Llamó la atención del público de esa noche, la excesiva importancia asignada por Mastropiero a los solos de violín.

(Mientras Rudolff debe tocar largos pasajes solo, Gundula abandona el piano para encontrarse con Mastropiero tras el escenario).

MM:
Rudolff descubrió el engaño. Increpó duramente a Mastropiero. Mencionó la palabra “duelo” y dijo algo acerca de sus padrinos; ante la pasividad de Johann Sebastian, mencionó la palabra “cerdo”, y dijo algo acerca de su madrina. Entonces, Johann Sebastian reaccionó, y enfrentando a von Lichtenkraut le dijo: “¿qué nos está pasando, Rudy?”. Von Lichtenkraut le arrojó un guante a la cara. Mastropiero comprendió entonces que ya no podía rehusar el desafío; al día siguiente, envió a sus padrinos a concertar un duelo con von Lichtenkraut; puso en orden sus papeles, escribió una patética carta a Gundula... y huyó de Praga. Gundula, desilusionada y arrepentida, volvió a los brazos de Rudolff, más enamorada que nunca. Mastropiero, resentido con ambos, compuso la sonata nº 4, última del opus 17, con extrañas indicaciones en la partitura, que Gundula y Rudolff von Lichtenkraut, forzados por contrato a ejecutar su música, se vieron obligados a respetar.

(Rudolff debe ejecutar complicadas y molestas posturas, y golpear a Gundula de vez en cuando, así como bajar la tapa del piano finalmente sobre sus manos).

———————————————————————————oOo———————————————————————————

Versión del espectáculo Los Clásicos de Les Luthiers.
Teatro Avery Fisher Hall, Lincoln Center, Nueva York, EEUU, 2 de noviembre, 1980.

MM: Marcos Mundstock.

———————————————————————————oOo———————————————————————————

MM:

We continue our program with fragments of the four sonatas opus 17 for violin and piano, which the Moravian composer Vaclav Cashorcheck wrote for the duo formed by the violinist Rudolf von Lichtenkraut and his wife, the pianist Gundula von von Lichtenkraut, who had settled in Prague, the capital of Czechoslovakia.
The first sonata of the opus 17 is composed with passion, in fact in a real seizure: passion, in the style of romantic composers in general, and seizure, from some of them in particular. During the first performance of this sonata number one, a real scandal broke out. From the very outset, the audience split in two: while some people whistled and booed, the others stomped-out of the hall.
We begin with a fragment of the sonata number one, opus 17, for violin and piano, by Vaclav Cashorcheck, in its original version, as it was first performed by Rudolf and Gundula von Lichtenkraut.

(Los papeles de Gundula y Rudolff corresponden a Carlos Núñez Cortés y Carlos López Puccio, respectivamente. Tocan un fragmento de la primera sonata).

MM:
The following spring, Cashorcheck travelled to Prague and met the von Lichtenkrauts personally. For Cashorcheck, seeing Gundula, falling head-over-heels in love, walking all night along the banks of the Moldau, spending two days drunk in a tavern, and a week composing the second sonata of the opus 17, with her in mind, was all a matter of an instant. On the night of the first performance, the glances which Gundula cast at the box occupied by Cashorcheck seemed to indicate that she did not remain indifferent either. In this sonata number two, reflecting his feelings towards Gundula, the composer gave more importance to the role of the piano, as the Prague audience was able to verify on the night of the first performance.

(Mientras la pianista tiene partes de gran lucimiento, el violinista solo toca unas pocas notas de acompañamiento).

MM:
Gundula, faithful to the respect due her husband, felt she could not surrender to Cashorcheck's amorous advances. Until one afternoon she verified that she could certainly do so. The meetings between Gundula and Vaclav became ever more frequent and the passionate maelstrom they lived through ... maelstrom? ...Hmm ... the passionate whatever they lived through ... is reflected in the sonata number three the following fall, in the presence of the composer. The audience on that night was struck by the excessive importance given by Cashorcheck to the violin solos.

(Mientras Rudolff debe tocar largos pasajes solo, Gundula abandona el piano para encontrarse con Mastropiero tras el escenario).

MM:
Rudolf discovered the betrayal and harshly reproached Cashorcheck. He mentioned the word duel and made a reference to his seconds. In the face of Vaclav's passivity, he mentioned the word swine and made a reference to his second, third and fourth generations. Things having reached this point, Cashorcheck reacted and, facing up to von Lichtenkraut, said to him, "C'mon, man, what's the matter?..." Von Lichtenkraut hurled a glove in his face. Cashorcheck then realized that he could not refuse the challenge. The next day he sent his seconds to arrange a duel with von Lichtenkraut, put his papers in order, wrote Gundula a pathetic letter ... and fled from Prague. Gundula, disappointed, returned to Rudolf's arms, more in love than ever. Cashorcheck, filled with resentment towards both of them, composed the sonata number four, the last part of the opus 17, with strange notations in the score, which Gundula and Rudolf von Lichtenkraut, being under contract, were forced to respect.

(Rudolff debe ejecutar complicadas y molestas posturas, y golpear a Gundula de vez en cuando, así como bajar la tapa del piano finalmente sobre sus manos).