Il Figlio del Pirata (operetta)
Obra nº: | 005 | ||
Espectáculos: | Les Luthiers Cuentan la Ópera | ||
Discos: | Gerardo Masana y la fundación de Les Luthiers | ||
Vídeos / DVD: | (No) |
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Se
trata de una obra que proviene de los tiempos de I Musicisti, el grupo antecesor
de Les Luthiers. Gerardo Masana tomó una obra española de
1803, llamada "I Comici Tronati", que narra las peripecias de
un grupo de músicos trashumantes que recalan en un pueblo castellano
donde prefieren la ópera italiana y no las zarzuelas que ellos llevan
en su repertorio, por lo que se ven forzados a representar una espuria ópera
titulada "Il figlio del pirata", y es esta parte, en falso italiano,
la que Les Luthiers llevaron a escena. Queda clara la intención burlesca
de la obra nada más leer la apostilla que aparece en el texto original:
"fantochada cómico-lírico-macarrónica". Aunque
el texto usado por Les Luthiers va siguiendo de modo bastante fiel al original,
se realizaron cambios para adaptar las bromas al lenguaje popular argentino,
evitando los localismos españolizantes.
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Letra:
Leopoldo Palomino de Guzmán y José de la Cuesta.
Música: Carlos Mangiagalli.
Arreglos: Gerardo Masana y Jorge Maronna.
Relator,
Salvador: Marcos Mundstock - Antonina: Elizabeth Henri - Bonifacio: Daniel
Rabinovich - Rafaello: Mario Candell.
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PRIMERA PARTE |
|
Relator (en off): |
En
toda Sevilla se murmura que el peregrino de Flandes, que desde hace
un tiempo ronda las calles bajas de la ciudad, oculta sus intenciones
y hasta miente respecto de su origen. Un misterioso gitano ha predicho
que algo extraño ha de acontecer en Sevilla, en consecuencia,
no sería nada raro que el peregrino fuera Rafaello de Cremona,
y que su gran sombrero fuera una prenda a la vez sobria y elegante para
disimular su verdadera identidad. En el castillo del Conde Salvador
nadie presta oídos a tales habladurías. La Condesa Antonina
observa la tormenta que se avecina y se sume en triste recuerdos. Evoca
la noche en que un pirata intentó seducirla y el terror la estremece.
Luego, el deshonor y un hijo, fruto de esa unión perversa, y
el pirata que huyó riendo y el hijo que le fue robado y el Conde
generoso que se unió a ella olvidando su pasado. Solo el recuerdo
del hijo perdido empaña la felicidad de la Condesa, junto a su
esposo y a Bonifacio, hijo de ambos, legítimo. Rosendo, enigmático
servidor del Conde, aparentemente fiel, con el pretexto de servir a
la Condesa vigila los movimientos de ésta. (Entra Rosendo y echa
una rápida mirada a los personajes, luego hace mutis). |
Antonina: | La
tempestá é vicina... é vero.
Ricordo quella notte
Ya nada sé del figlio amato Él
pensará en sua madre
Ay, mamá, que noche aquella (Entra el Conde Salvador) |
Salvador: | Esposa
mia amata ¿Que fate qui sentata? |
Antonina: | Nata |
Salvador: | Rispóndeme,
parlate y calma mia ansietate |
Antonina: | ¡Andate! |
Salvador: | Tanto
dolor rivela il tuo sembiante que ya non voglio que me parli más lo indovino al vederti por delante lo capisco al vederti por detrás |
Los dos: | Por
detrás, por detrás (Suenan golpes a la puerta del castillo) |
Los dos: | Chito,
silenzio (Entra Bonifacio) |
Bonifacio: | ¡Padre mío! |
Salvador: | ¡Oh!, ¿qui viene? |
Antonina: | Es tuo figlio, nostro nene. |
Bonifacio: | A
la porta del castello hay un uom con gran capello. Lo ha sorprenduto la gran tormenta el se ha perdutto y se lamenta el poveretto pide pasare e un colchonzino per dormitare |
Antonina: | Noi siamo hospitalari |
Bonifacio: | Pasate |
Salvador: | ¡Adelante! Tu le farai, le honori a questo uomo, io tengo que facer y me las tomo. |
SEGUNDA
PARTE |
|
Relator (en off): | Antonina
se apresta a brindar una hospitalaria recepción al peregrino
que acaba de entrar. A su noble corazón poco importa que sea
de Flandes o de Cremona, o que esté o no al servicio de la corte
de Francia. Lo único que tiene presente es que sorprendido por
la tormenta el peregrino busca albergue y allí está ella
para dárselo. No se imagina, la desdichada, los episodios que
se desencadenarán a partir de ese momento en su propio castillo.
El Conde se ha retirado para preparar cierta excursión, sobre
la que guarda absoluto secreto. Bonifacio, su hijo, deambula ensimismado
por los salones del castillo. Rosendo, realiza una de sus enigmáticas
visitas a la mazmorra. Antonina y el peregrino están frente a
frente, a solas. |
Antonina: | Pasad sin complimenti |
Rafaello: | Io sono muy decenti |
Antonina: | Asiento poi tomate |
Rafaello: | Mi piace in la ensalata |
Antonina: | Explicate |
Rafaello: | Mi piace in la ensalata |
Antonina: | Cual
encanto com’é bello e sua voce peregrina al veder su gran capello sua carpeta se indovina |
Rafaello: | Es
un angel tutelare cual mia madre lo sará |
Antonina: | ¡Qué ventura! |
Rafaello: | ¡Qué
piacere! Si me viera mi mamá Antonina: Si lo viera su mamá |
Los dos: | Si
me viera mi (su) mamá Mamá, mamá, mamá |
Antonina: | Giovinotto
disgraziato ¿a tu madre hai conosciuto? |
Rafaello: | No
signora, fui robato e per questo soy perduto |
Antonina: | ¡Ah!...
mio figlio, cual sospetto questo e providenciali ¿Tu non hai una señali? |
Rafaello: | Tres pelitos en el petto |
Antonina: | ¿Tres pelitos? |
Rafaello: | Tres pelitos |
Los dos: | Los
tres pelitos del pecho la señal, eran la señal, eran la señal. |
Antonina: | ¡Tu sei mio figlio! |
Rafaello: | ¡E
voi mia madre! Diteme ahora qual fue il mio padre |
Antonina: | Il
fue un pirata que en mio castello metió la pata |
Los dos: | ... metió la pata Al
fin te trovo (me trovas) |
Rafaello: | ¡Mamma! |
Antonina: | ¡Figlio! (Los dos se confunden en un abrazo y en ese momento entra Bonifacio, quien los sorprende) |
Bonifacio: | ¡Que vedo! |
TERCERA
PARTE |
|
Relator (en off): | Bonifacio
ha sorprendido a su madre y al peregrino en equívoca situación.
Inmediatamente sospecha lo peor, es lo que pasa siempre. Le bullen en
la sangre contradictorios impulsos de venganza y piedad, odio y misericordia.
Frente a él, lo que cree el honor mancillado de su casa, su familia,
su padre todo. En un instante desfilan ante su atribulada mente los
días felices de su niñez, cuando su padre, el Conde Salvador,
lo llevaba a navegar por el Guadalquivir y él se mojaba contento
los pies; cuando su madre, a la que él cree en pecado, vigilaba
amantísima sus lecciones de clavicordio. Inmediatamente compadece
a su padre, el Conde, quien sin sospechar nada prepara su excursión
secreta al servicio de, sabe Dios, qué noble causa. Siente que
el instante en que sorprendió la terrible escena marcó
en su alma la ruptura definitiva de algo. |
Bonifacio: | ¡Qué
vedo! Está abraciato Sacá los pies del plato |
Rafaello: | Un altro |
Antonina: | Cierra el pico que questo es otro chico. |
Bonifacio: | Si
mio padre videra lo que yo he visto
Subito darmi la explicazioni |
(Trio concertante) | |
Antonina+Rafaello: | Ya la metimos, nos ha sorprenduto |
Bonifacio: | Subito darmi |
Antonina+Rafaello: | E come un brutto nos castigará |
Bonifacio: | La explicazioni |
Antonina+Rafaello: | Ma taci taci, e il mio (suo) fratello |
Bonifacio: | De questo abraccio |
Antonina+Rafaello: | U n gran camelo se llevará |
Bonifacio: | Tan liberal. Subito darmi... etc. (Suenan pasos) |
Antonina: | ¡Silenzio!, il mio marito |
Rafaello: | ¿Sará mio papaíto? |
Antonina: | No (Entra el Conde con su uniforme de guerra) |
Rafaello: | ¡Ah, que figurone! |
Bonifacio: | T’ispanta il morrione... |
Salvador: | Io
sono il propio que flor de opio |
Antonina: | Vederte así me aterra |
Salvador: | Perché parto a la guerra |
Antonina: | ¿A la guerra? |
Rafaello: | ¡A la guerra! |
Bonifacio: | ¡A la guerra! |
Salvador: | Sí, a la guerra |
Los cuatro: | Mambrú
se fue a la guerra lirondón lirondón lirondella Mambrú se fue a la guerra no sé cuando vendrá |
Bonifacio: | (Al Conde) Aspetate... |
Salvador: | ¿Qué?... parlate |
Bonifacio: | ... E un secreto ... |
Salvador: | Rivelate |
Bonifacio: | Escuchate... |
Salvador: | (A
la Condesa y al peregrino) ...retirate... (A Bonifacio) y tú, explicate. |
Rafaello: | Io tremo |
Antonina: | Al fin vedremo |
Bonifacio: | Al
peregrino osato mia madre lo ha abracciato |
Salvador: | ¿E certo? |
Bonifacio: | Fa un momento |
Salvador: | Facciamo un escarmiento |
Antonina+Rafaello: | ¡Ay mi late troppo il cuore! |
Salvador: | ¿Ma con qué la morte dargli a quel briganti? |
Bonifacio: | Administrarle una copa de espumante... convidargli |
Salvador: | ...Giá comprendo... |
Bonifacio: | Llamemos a Rosendo (Entra Rosendo con una bandeja y dos copas) |
CUARTA
PARTE |
|
Relator (en off): | Sevilla.
En el castillo del Conde Salvador la tragedia se precipita. La Condesa
Antonina no se atreve a confesar a su esposo que Rafaello es hijo de
ella.... natural. El noble, cegado por el furor homicida, solo piensa
en la venganza. Bonifacio deberá verter el veneno en la copa
de vino. No sospecha el noble, que su hijo comprendió mal las
instrucciones y se dispone a envenenar la magnesia. El peregrino, que
no es otro que Rafaello, no el de Cremona, sino otro, sospecha que algo
se trama en contra suyo y piensa precipitadamente en comunicarse con
un enviado secreto de Guillermo de Orange, precisamente el peregrino
de Flandes, que parecía provenir de Cremona pero que verdaderamente
resultó ser originario de Flandes. En esos momentos fallece el
viejo Amati, víctima del dolor, y antes de que la droga milagrosa
pudiera arribar a Cremona. Simultáneamente, en un naufragio organizado
por el Oscuro Personaje, perece el hijo adoptivo de Amati, quien no
era otro que el jefe de los mercaderes trashumantes que se dirigían
a los Países Bajos. Enterado el Oscuro Personaje, por boca de
un viejo alabardero del rey de Francia de que el hijastro de Amati era
el heredero del sultanado de Irán, no tiene otra alternativa
que inmolarse en el harakiri ritual de sus mayores. Rafaello de Cremona
se ha retirado, a todo esto, de sus actividades de conspirador. Al mismo
tiempo que el naufragio ocurre, y ominosamente a veces la vida real
supera las ficciones más estrafalarias, el Juez de paz sevillano
fallece, víctima de un extraño mal, invocando en su agonía
con desesperación, a Antonio Stradivarius. En Siracusa, Arquímedes
sigue investigando a escondidas pero su fama declina ostensiblemente,
y sus misteriosas teorías van cayendo en el olvido. Por el contrario
el Corsario Negro no da abasto. Mientras esto sucede, los cuatro juglares
han logrado vender el primer millón de códices, conteniendo
la Canción a la cama del olvido, Francisco I los condecora...
y muere. El Corsario de Mauritania no es otro que el Corsario Negro.
En Sevilla, en el castillo del Conde, el enigmático Rosendo espera
los acontecimientos. El Conde Salvador ya no recuerda su misión
guerrera al Levante, que en verdad era una misión de paz y acercamiento
a las Indias Occidentales. Solo ansía dar muerte al peregrino.
No sospecha que un raro y trágico encadenamiento de sucesos se
avecina. |
Salvador: | Ofrezco
este buen vino a questo peregrino |
Antonina: | Infame ¿qué facete? |
Salvador: | Ya lo vedrai... (al peregrino) bevete |
Rafaello: | Mi sento algo escamato |
Bonifacio: | Ben pronto habrá espirato |
Salvador: | Bebed
di questa copa ilustre peregrino bebed sin aprenzione bebed... |
Bonifacio: | ... Bebed... |
Salvador+Bonifacio: | ... Bebed...bebió, bebió |
Antonina: | Mentecato, veneno bebiste |
Rafaello: | Maledetta, ¿perché no me lo dijiste? |
Antonina: | Toma,
toma, magnesia purgante y el veneno del corpo saldrá |
Rafaello: | Dame, dame... |
Antonina: | Toma, toma... |
Antonina+Rafaello: | Y
el veneno lanzato sará lanzato sará, lanzato sará |
Salvador: | La magnesia m’ho bevuto |
Bonifacio: | ¡La
magnesia! Sei perduto ¡En su fondo contineva la menesunda! |
Antonina+Rafaello: | ¡Cielo! |
Salvador: | ¡Ah!
Ya siento de la morte sopra mi testa il braccio |
Bonifacio: | ¡Ay, padre! |
Salvador: | ¡Bonifacio! |
Antonina+Rafaello: | ¡Signori! |
Salvador: | ¡Ahhhhh !(Salvador cae muerto) |
Antonina+Rafaello: | ¡Crepó!
(Los tres entonan una canción fúnebre) |
Bonifacio: | (abalanzándose sobre Rafaello) ¡Venganza contra il pérfido! |
Antonina: | Detente
per pietá e un altro figlio mío |
Bonifacio: | ¡mi hermano! |
Rafaello: | E veritá |
Bonifacio+Rafaello: | Somos
hermanitos somos hermanitos somos hermanitos ¡qué barbaridad! |
Antonina: | Ascoltami
un momento
Una infeliz giornata |
Rafaello: | ¡Eh! |
Bonifacio: | ¡Ih! |
Salvador: | (desde el suelo) ¡Oh! |
(Los personajes no dan crédito a sus oídos y repiten lo anterior) | |
Antonina: | ¡Ah! |
Rafaello: | ¡Eh! |
Bonifacio: | ¡Ih! |
Salvador: | (reincorporándose) ¡Oh! ¡Poco a poco! |
Los tres: | ¡Vivo! |
Salvador: |
Certo...
Io sono il pirata |
Bonifacio: | Si
viene per plata |
(Cuarteto concertante) | |
Antonina: | Io sono dichosa, etc... |
Rafaello: | Io sono dichoso, etc... |
Salvador: | Io sono il pirata, etc... |
Bonifacio: | Si viene per plata, etc... |
Salvador: | Io
sono un padre amante
(Se ubican los cuatro en una estampa familiar) |
CORO: | Ya
siamo tutti junti
Andian tutti a celebrar |