Las antologías son un excelente modo de que los espectadores puedan disfrutar de obras antiguas, y también sin duda ofrecen muchas más facilidades a la hora de llevarse a escena, puesto que representan "apuestas seguras". En realidad todos los espectáculos llevan siempre algo prestado de otros, puesto que el "bis" suele ser del estreno anterior. Este planteamiento de rescate de obras anteriores es sobre todo válido para las cuatro primeras antologías, que se intercalan entre espectáculos originales, pero a partir de Lutherapia se convierten en la forma obligada de espectáculo, ya que Les Luthiers decidieron aparentemente no volver a crear obras nuevas; encontramos así nada menos que tres antologías encadenadas... más las que puedan venir en un futuro.
